miércoles, 27 de abril de 2016

Antecedentes de las Comunidades Autónomas

Antecedentes de las Comunidades Autónomas

Desde 1978, el territorio de España se encuentra dividido en Comunidades Autónomas. Actualmente, todo el territorio se encuentra dividido en diecisiete comunidades autónomas y dos ciudades autónomas. Esta división no ocurrió de una vez, pues tuvieron que pasar cinco años hasta que todas las comunidades autónomas se formaron, y hasta 1995 no se crearon las ciudades autónomas. Sin embargo, aunque durante el Franquismo (1936/1939 – 1975) no hubo ninguna zona con autonomía (salvo Guinea Ecuatorial desde 1963 hasta su independencia en 1968), a lo largo de la historia, en el territorio que actualmente se encuentra España, ha habido múltiples divisiones administrativas, comparables a las actuales autonomías en el aspecto en que tenían competencias (a veces muy amplias), aun perteneciendo a un Estado central.

A continuación, se explicarán brevemente las distintas denominaciones que han tenido estas divisiones históricas: Provincias (romanas), ducados, valiatos, emiratos, coras, reinos, intendencias…

Durante la dominación romana (siglo III a.C. - siglo V a.C.)

Roma entró en la Península Ibérica en el siglo II a.C., con motivo de la Segunda Guerra Púnica, para conquistar el territorio bajo control de la República de Cartago. Poco a poco, la República de Roma y el consiguiente Imperio Romano se adueñaron de la totalidad de la Península y de Baleares.

A lo largo de la dominación romana de lo que hoy es España, el territorio se dividió en Provincias. Estas provincias variaron en el tiempo, estaban gobernadas por un procónsul y posteriormente por un pretor. Se pueden comparar estas provincias con las autonomías, por el hecho de que tenían una administración muy independiente de Roma, salvo por asuntos militares y poco más. Augusto, Caracalla y Diocleciano, entre otros, fueron los principales divisores de este territorio en diferentes provincias. Sertorio llegó a independizar durante un corto período el territorio, durante catorce años, en el siglo III d.C., Hispania perteneció al Imperio Galo, siendo la Península un territorio autónomo de este breve Estado.
  
Invasiones bárbaras (siglo IV – siglo VIII)

A finales del Imperio Romano, muchos pueblos bárbaros entraron en la Península Ibérica, germanos (suevos y vándalos) e iranios (alanos). Roma pidió ayuda para luchar contra estos reinos a los visigodos, también germanos, y éstos, bien por invasiones, bien por cobros en tierras, ocuparon la Península casi totalmente, creando el Reino de Tolosa y, posteriormente, el Reino de Toledo. Otro pueblo germano, los francos, llegaron por el Norte hasta el Ebro, y en el siglo VI, el Imperio Bizantino ocupó el Sur de la Península, creando la Provincia de Spania. Leovigildo, en el siglo VI logró tomar toda la Península, derrotando a los francos y bizantinos, no teniendo el poder de Baleares.

Durante la dominación visigoda y sueva surgió una nueva división administrativa bastante independiente del Estado central, el Ducado, gobernado por un duque. Varias fueron las divisiones que se efectuaron durante tres siglos, algunas son desconocidas hoy en día al no haber suficientes datos historiográficos procedentes de fuentes primarias.

Dominación musulmana (711 – 1492)

Cuando los musulmanes ocuparon el Reino de Toledo, toda la zona que conquistaron pertenecía al Califato de Damasco. Dado que este territorio, al que llamaron Al-Ándalus, era tan lejano a la capital, tuvo una grandísima autonomía, siendo primero configurado el Valiato de Al-Ándalus y después el Emirato de Córdoba. Hay que recalcar que dicho emirato era dependiente de Damasco. Este emirato se independizó posteriormente y tuvo una nueva división semejante a las autonomías, la Cora. El Emirato de Córdoba pasó a denominarse en tiempos de Abderramán III Califato de Córdoba, posteriormente fue dividido en reinos menores llamados taifas, luego ocupado el territorio por el Imperio Almorávide y después por el Imperio Almohade, y vuelto a ser dividido en taifas, que fueron poco a poco conquistadas por los reinos cristianos hasta la caída del Reino de Granada en 1492. Pues bien, todos estos emiratos, valiatos, califatos, imperios y taifas, tuvieron coras.

Reconquista (718 – 1492)

Paralelamente a la presencia musulmana en España, distintos reinos cristianos fueron surgiendo y expandiéndose progresivamente. Fueron múltiples los estados independientes que hubo desde el siglo VIII hasta el siglo XV, con diversas divisiones y tipos de divisiones a lo largo del tiempo.

Debe mencionarse que los dos reinos mayores en extensión, la Corona de Castilla y León y la Corona de Aragón, aglutinaron reinos menores (León, Valencia, Mallorca, Toledo…) que mantuvieron sus instituciones, aun perteneciendo a un reino mayor. Estos casos son comparables a las modernas comunidades autónomas, pues, pese a que por ejemplo en el Reino de Galicia y en el Reino de Toledo tuvieran el mismo ejército, algunas leyes comunes, etc. no obstante, en Galicia y en Toledo circulaban monedas diferentes, se hablaban distintas lenguas, los tributos eran también distintos… se podría decir incluso que esos reinos tenían mayores competencias a las actuales autonomías.

Siglo XVIII

Después de las diferentes unificaciones de reinos, el descubrimiento de América, el aumento de las colonias y la creación de la Monarquía Hispánica, siguieron prevaleciendo como divisiones los llamados consejos, correspondiendo cada uno a un reino antiguo. En América se crearon virreinatos, donde la figura del virrey sustituía al rey en esos territorios, debido a la lejanía entre éstos y la metrópoli.

En 1.720 el Borbón Felipe V, y después sus sucesores Fernando VI y Carlos III, confeccionan algo muy similar a lo existente en ese momento en Francia, y también, en cierta medida a las comunidades autónomas, las intendencias. Dividieron el territorio español en veinte intendencias: La Coruña, León, Valladolid, Burgos, Pamplona, Zaragoza, Barcelona, Salamanca, Ávila, Guadalajara, Toledo, Madrid, Ciudad Real, Valencia, Mérida, Sevilla, Córdoba, Granada, Palma y Santa Cruz de Tenerife. A cada una de ellas le correspondían varias provincias, pero era un sistema muy complejo e irregular, dado que dichas provincias cambiaban constantemente y no tenían un territorio uniformado, sino que se componían de múltiples enclaves y exclaves geográficos.

A finales del siglo XVIII se decidió crear las provincias marítimas, nada parecido a las comunidades autónomas, pero debe mencionarse este hecho, ya que se desgajaron de las intendencias a las que pertenecían. Estas provincias siguen existiendo en el ámbito marítimo, con ligeras modificaciones.


Principios del siglo XIX

En la historia de España el siglo XIX es una época de copiosos y radicales cambios, tanto políticos, como literarios, históricos, geográficos, religiosos… En la Guerra de Independencia Española (1.808-1.814) hay quien ve la creación de España como nación. No obstante, a partir de entonces no fue todo equilibrio y paz, numerosos regímenes políticos, revoluciones, constituciones y gobernantes cambiaron todo el sistema cada poco tiempo y eso también afectó al modelo de administración geográfica del territorio español.

Durante el reinado de José I se decidió centralizar el Estado, siguiendo el modelo francés, por lo que esta época fue el tiempo con menos territorios autónomos. Se decidió que todas las decisiones fueran tomadas desde la capital, siendo eliminados todos los consejos e instituciones del Antiguo Régimen. Se crearon cuarenta y dos prefecturas, algo semejante a los departamentos franceses y Cataluña fue anexionada a Francia, dividiéndose en departamentos. Salvo en Cataluña, debido al estado de guerra, no se llegó a aplicar este sistema y las Cortes de Cádiz de 1.812 no apoyaron tampoco la división de España en prefecturas.

Fernando VII
 (1814 - 1833)

Tras la Guerra de Independencia, pese a que las Cortes de Cádiz rompieron con el Antiguo Régimen y también con el sistema impuesto por José I Bonaparte, Fernando VII siguió el sistema de las intendencias, dividiendo esta vez al Reino en veintinueve intendencias, a la manera de sus ancestros.

En el llamado Trienio Liberal (1.820-1.823), se divide el territorio nacional en provincias, sin englobarse en ninguna división administrativa que se pueda comparar a las actuales autonomías.

Isabel II (1.833-1.868)

El reinado de Isabel II (1.833-1.868) supuso una época de transición entre el Absolutismo y el Parlamentarismo. Durante su reinado hubo diversas regencias y numerosos cambios de gobierno, por lo que fue un período de abundantes cambios políticos y reformas que, junto a otros motivos, dieron lugar a varios conflictos bélicos.

En 1.833 Javier de Burgos llevó a cabo una división territorial en provincias que prácticamente se ha mantenido intacta hasta nuestros días. Dividió España en varias regiones que aglutinaban varias o una provincia cada una, semejantes a las actuales comunidades autónomas en cuanto a sus límites, pero no en cuanto a las competencias, pues no tenían mayor valor estas regiones que el de facilitar la información geográfica.

Esta falta de autonomía de las regiones y el centralismo en que ello desembocó, dio lugar a que el Carlismo tuviera apoyos en las regiones que habían gozado desde siempre de sus propios fueros, sobre todo en las zonas que habían pertenecido al histórico Reino de Navarra (Navarra y País Vasco). Estas guerras civiles significaron grandes gastos para la economía española que tuvieron que ser complementados con ingresos derivados de expropiaciones y abandono de zonas hispanoamericanas donde había guerras de independencia.

En 1.847 hubo un proyecto de dividir España en once Gobiernos Generales, lo que hubiera sido un tipo de Estado de las Autonomías primitivo.

En 1.852 hubo otro proyecto similar que no salió adelante, dividiendo a España en: España uniforme, España Incorporada, España Foral, Posesiones de África y España Colonial.

Primera República Española y Restauración (1873 - 1923)

En 1.873 se proclamó la Primera República Española, de muy breve duración, pero con intensos cambios políticos.

Se compuso una constitución, la Constitución de 1.873, que no se llegó a aprobar por la brevedad de la República. Se atribuye a Emilio Castelar la división que propone de España en dieciocho estados, por lo que en este caso, las autonomías hubieran tenido el nombre de Estados, como ocurre en diversas repúblicas federales como Estados unidos de América o la República Federal Alemana.

Aparte del problema de los múltiples y breves cambios de gobierno, guerras en Cuba y la Tercera Guerra Carlista, la República fracasó por la llamada Revolución Cantonal, cuando varias ciudades se llegaron a declarar estados autónomos o estados independientes, como fue el caso del cantón de Cartagena, que llegó a emitir su propia moneda (duro cantonal) y sufrió un largo bombardeo.


A finales del siglo XIX España estaba compuesta por su actual territorio, Filipinas, Cuba, Puerto Rico, varias islas en el Océano Pacífico, Norte de Marruecos, y zonas costeras en Guinea Ecuatorial. Por lo tanto, España mantenía aún un pequeño imperio colonial con dominios muy lejanos de la metrópoli, por lo que, en esas zonas empezó a haber movimientos independentistas y autonomistas. Sin embargo, España pierde en 1.898 el dominio de sus posesiones en el Caribe y Pacífico, debido a los conflictos con Estados Unidos, aliados de los independentistas que pedían una mayor autonomía.

SIGLO XX

A principios del siglo XX comenzaron los nacionalismos periféricos a reclamar su autonomía, pues el Estado era centralista. Cataluña, Galicia y País Vasco empezaron a tener una progresión económica superior a la media por ser zonas muy industrializadas, y allí surgieron muchos movimientos que se quejaban principalmente de que las ganancias no se quedaban en dichas zonas, sino que iban a Madrid.

En 1.914, debido a la presión de las diputaciones provinciales catalanas al gobierno y, para que éste tuviera su apoyo, se permitió la creación de la Mancomunidad de Cataluña, una especie de comunidad autónoma con algunas competencias propias. Sin embargo, los catalanes aún no quedaron satisfechos y solicitaron mayor autonomía, proyectando un estatuto. Sin embargo, en 1.923, durante la Dictadura de Primo de Rivera, la Mancomunidad de Cataluña fue suspendida.

En 1.931 se proclamó la Segunda República Española, cuya constitución, la Constitución de 1.931, contempló la opción de que las regiones se constituyeran como autonomías. Lo lograron sólo Cataluña y el País Vasco, estando a punto también Galicia, que no lo consiguió debido al estallido de la Guerra Civil Española en 1.936, cuando Galicia quedó bajo control de las tropas golpistas. Cataluña se proclamó independiente durante un tiempo en 1.934 al no reconocer el gobierno de la CEDA.

GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

En este período (1.936-1.939) hubo en la zona republicana varios conflictos internos. Por ejemplo, en zonas de Aragón antifranquistas, hubo gobiernos autónomos autogestionados, o el caso del Consejo Soberano de León y Asturias, que fue un estado independiente.

FRANQUISMO (1.936/1.939-1.975)

Durante la dictadura del general Franco, todos los logros autonómicos conseguidos terminaron. El sistema regionalista previo a la Segunda República Española fue restaurado, por lo que en este período, en principio, no hay nada de que decir acerca de las autonomías en España.

En esta época sólo cabe mencionar el caso de la entonces llamada Guinea Española, la actual Guinea Ecuatorial. En los años cincuenta y sesenta, por petición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se llevó a cabo por la ONU el Comité de Descolonización. Franco recibió mucha presión para que abandonara el dominio en Guinea Ecuatorial. En 1.963 hubo en Guinea un referéndum de autonomía, en el que el Sí ganó, creándose la llamada Comunidad Autónoma de la Guinea Ecuatorial, el único caso que existió durante el Franquismo. En 1.968, se independizó el territorio, creándose la República de Guinea Ecuatorial.

 



2 comentarios:

  1. Está bastante bien, aunque quizá un poco extensa la parte anterior a la conformación del Estado.
    Hubiera estado bien citar las fuentes de documentación.
    En cuanto a la apariencia está correcta.
    Contenido: 9
    Apariencia: 7

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  2. ¿De dónde has sacado el mapa de 1785? Es que estoy buscando uno parecido que incluya las divisiones de Portugal y el sur de Francia

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