La prevención de riesgos laborales en el ámbito administrativo

Las oficinas a la eterna usanza pueden parecer lugares placidos y sencillos en los que el trabajo se concentra en puestos de trabajo fijos y el peligro se centra en la temperatura que emana el café según abandona la maquina del vestíbulo. Pero esconden peligros inherentes que el trabajador desconoce.

Es notorio que sus peligros se diferencian de los de las fábricas industriales, o de los de las instalaciones aisladas donde se investiga peligrosas armas biológicas o armamentos nucleares. Pero también existen, y los podemos diferenciar en tres riesgos primarios.

1. -          Los problemas en los ojos y derivados de la visión.
2. -          Problemas posturales.
3. -          Lesiones por movimientos repetitivos.

-     En el segundo punto, prestamos atención a aquellos problemas posturales que afectan a la espalda.

El empleado administrativo que trabaja ocho horas diarias, cinco días a la semana, encuentra en la silla uno de sus principales enemigos a largo plazo en lo que se refiere a problemas lumbares. Un estudio realizado por la Mutua Laboral Española Freemap indica que los empleados que desarrollan su labor en oficinas no abandonan sus puestos de trabajo más del ochenta por ciento de las horas que permanecen en la oficina. Con la problemática derivada que aparece a largo plazo. Normalmente a partir de los cincuenta años.

Una mala posición o un uso incorrecto de la silla no solo pueden afectar a la salud del empleado. Sino también a su productividad, y como consecuencia a los resultados de las empresas. Por ello, los departamentos de Recursos Humanos han fijado su interés en diversos métodos para combatir este mal. Entre los que podemos encontrar.

1. -          Uso de sillas adecuadas que permitan variar y adaptar su posición a las necesidades del empleado.
2. -          Uso de sillas con reposabrazos, y con espaldera regulable. Adaptadas a la normativa ISO
3. -          Realización de ejercicios de ajustes en la silla. Con objeto de reparar las posibles desviaciones provocadas por su uso diario.
4. -          Por último, y como factor ajeno al propio objeto, permitir al trabajador la posibilidad de abandonar el puesto de trabajo de forma discontinua. De tal forma que disponga de pocos segundos o minutos para realizar estiramientos.

Ejemplo de formas de ajustar una silla a las necesidades del trabajador

En conclusión, los problemas posturales no solo afectan al trabajador y a su futuro. También a los resultados de la empresa. Resultaría interesante la implantación de un sistema de Riesgos Laborales centrado en las necesidades físicas del trabajo, y en la problemática derivada a largo plazo.

Gracias a ello aumentaría la productividad en la empresa, y se evitarían enfermedades que a largo plazo incluso podrían afectar negativamente a la economía de la empresa.

Fuentes: “Estudio de prevención de riesgos laborales en la oficina” Universidad de Navarra.

M.E.L.